¿Qué es una cámara análoga? Guía completa para creadores de contenido
La primera vez que muchas personas se enfrentan a una cámara análoga hoy no es en una tienda, sino al recibir una herencia o encontrar una vieja cámara guardada en la casa familiar. En mi caso, todo empezó al heredar la vieja cámara de 35 mm de mi abuelo: una cámara de carrete totalmente manual. No tenía pantalla, no había botón de “auto” y, para ser honesto, no sabía ni por dónde partir.
Al intentar usarla, descubrí algo que muchos creadores de contenido en Chile están viviendo hoy: para aprovechar una cámara de rollo, hay que aprender fotografía desde cero. Medir la luz, enfocar a mano, entender qué es un carrete y qué significa tener solo 36 fotos disponibles. Esa limitación cambia por completo la forma de mirar y de disparar.
La pregunta clave: qué es una cámara análoga y por qué sigue viva en lo digital
En una de mis primeras clases, le pregunté a mi maestro qué es una cámara análoga y por qué la gente aún la prefería en pleno mundo digital. Su respuesta fue directa: “Es la opción de la paciencia y la estética”. Para muchos fotógrafos y creadores, una cámara analógica no es un objeto viejo, sino una herramienta artística que obliga a pensar antes de disparar y que ofrece un resultado visual con carácter propio.
Esta guía está pensada para quienes crean contenido, estudian fotografía o simplemente sienten curiosidad por esas cámaras de rollo que han vuelto a aparecer en redes sociales, proyectos artísticos y marcas personales en Chile. El objetivo es explicarte, de forma clara, qué es una cámara análoga, cómo funciona y qué lugar puede tener en tus proyectos actuales, incluso si ya trabajas con cámaras digitales o con tu smartphone.
Definición clara qué es una cámara análoga y en qué se diferencia de una digital
Una cámara análoga, también llamada cámara analógica, de película, de rollo o de carrete, es un dispositivo fotográfico que registra la imagen en una película fotosensible, mediante un proceso físico-químico. Esa película luego se revela en un laboratorio para obtener negativos y, a partir de ellos, copias en papel u otros formatos.
En cambio, una cámara digital capta la luz con un sensor electrónico (por ejemplo, CMOS o CCD), la convierte en datos y la guarda como archivos (JPG, RAW, etc.) en una tarjeta de memoria. Puedes ver el resultado de inmediato en la pantalla, borrarlo, repetirlo y editarlo en un computador o en el mismo dispositivo.
Si lo simplificamos:
- Cámara análoga: luz → película fotográfica → proceso químico → negativo → copia física.
- Cámara digital: luz → sensor → datos digitales → archivo → pantalla.
Ambas son cámaras fotográficas, pero su forma de registrar la imagen, el flujo de trabajo y la experiencia del usuario son muy diferentes. En la cámara análoga el error es costoso y la cantidad de disparos es limitada; en la digital, el error se corrige al instante y la cantidad de fotos suele ser muy alta.

Conceptos básicos
Para entender el significado de una cámara análoga, es clave conocer algunos conceptos:
- Película fotográfica (carrete o rollo): tira flexible cubierta por una emulsión sensible a la luz. Viene en formatos como 35 mm o medio formato, y tiene una cantidad fija de exposiciones (por ejemplo, 24 o 36 fotos).
- Emulsión: capa de sales de plata u otros compuestos sensibles a la luz. Es donde se “graba” químicamente la imagen cuando se expone la película.
- Grano: textura visible que aparece en la imagen final. Depende del tipo de película y de su sensibilidad (ISO). A diferencia del “ruido” digital, el grano suele considerarse parte de la estética de la fotografía analógica.
- Proceso químico: etapa de revelado de la película y copiado de las fotos sobre papel fotográfico, usando químicos específicos y tiempos controlados.
Estos elementos no están presentes de la misma forma en una cámara digital, donde todo se basa en sensores, procesadores y software. Precisamente por eso, muchas personas perciben la fotografía analógica como un proceso más artesanal y tangible.
Cómo funciona una cámara análoga paso a paso
Aunque existan muchos modelos de cámaras análogas, el funcionamiento básico se mantiene. El recorrido de la imagen en una cámara de carrete se puede ver así:
- Cargar el carrete: abres la tapa trasera, colocas la película en el compartimento, enganchas el extremo en el arrastre y avanzas hasta que quede correctamente tensado.
- Medir la luz: ajustas la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y eliges el ISO de acuerdo al carrete cargado. Algunas cámaras tienen fotómetro incorporado; en otras, se usa un exposímetro externo o la experiencia.
- Enfocar: según el tipo de cámara, enfocas de manera manual (girando el anillo del objetivo) o utilizas un sistema de enfoque automático más simple, en el caso de compactas.
- Disparar: al presionar el botón, el obturador se abre por un tiempo determinado y la luz llega a la película, registrando una imagen latente.
- Avanzar la película: después de cada foto, giras una palanca o dejas que el motor interno avance el carrete al siguiente fotograma.
- Revelar y copiar: al terminar el carrete, lo llevas a un laboratorio para el revelado químico y, si lo deseas, para obtener copias en papel o escaneos digitales.
Medir la luz, enfocar y disparar: lo que aprendes con cada uno de los 36 fotogramas
En mi propia experiencia, el proceso de medir la luz y enfocar manualmente me obligó a ralentizar y comprometerme con cada uno de los 36 disparos del carrete. Ya no podía disparar en ráfaga ni revisar la foto al instante. Cada error se descubría días después, al ver los negativos.
En la práctica, esto significa:
- Aprender a leer la luz del entorno (interior, exterior, sombra, contraluz).
- Elegir la apertura (f/2.8, f/5.6, f/8, etc.) para controlar profundidad de campo.
- Elegir la velocidad de obturación (1/60, 1/125, 1/500, etc.) para congelar o sugerir movimiento.
- Respetar el ISO del carrete (por ejemplo, 100, 200, 400) que determina la sensibilidad de la película.
Cada disparo se vuelve una decisión consciente. Para alguien que crea contenido, este proceso es una verdadera escuela visual: obliga a anticipar el resultado en la mente antes de presionar el botón, y esa habilidad luego se traslada también al trabajo digital.
Qué pasa después del disparo: revelado y copias impresas
Cuando terminas el carrete, rebobinas la película y la retiras de la cámara. A partir de ahí, el proceso sigue fuera del equipo:
- Revelado de la película: se realiza en un laboratorio fotográfico, donde la película pasa por baños químicos que hacen visible y estable la imagen latente.
- Negativos: el resultado del revelado es una tira de negativos (imagen invertida en tonos y luminosidad). Desde ahí se pueden hacer copias o escaneos.
- Copia en papel: usando una ampliadora, se proyecta la imagen del negativo sobre papel fotográfico y se vuelve a trabajar con químicos para fijar la imagen.
Recuerdo con claridad la primera vez que recibí las copias impresas: después de esperar varios días, abrí el sobre del laboratorio y vi colores profundos y una textura de grano con una sensación nostálgica única, que ninguna foto digital que tenía en el celular lograba replicar de la misma manera. Esa demora entre el disparo y el resultado le da un componente de sorpresa difícil de encontrar en lo digital.
Tipos de cámaras análogas que te puedes encontrar
La mayoría de las cámaras análogas que circulan hoy, especialmente en Chile, utilizan película de 35 mm. Este formato se popularizó por su tamaño compacto y su equilibrio entre calidad de imagen y portabilidad. Suele ofrecer carretes de 24 o 36 exposiciones.
Dentro de las cámaras de 35 mm puedes encontrar:
- SLR (Single Lens Reflex) de 35 mm: cámaras con espejo y visor óptico que muestran, a través del objetivo, la escena tal como la fotografiarás. Permiten cambiar lentes y controlar parámetros manualmente.
- Telemétricas de 35 mm: usan un sistema de enfoque por telémetro en lugar de espejo. Son más compactas y silenciosas, muy usadas en fotografía de calle.
- Cámaras simples de enfoque fijo: modelos básicos con pocas opciones de control, pensados para uso familiar.
Cámaras réflex analógicas y cámaras compactas de apuntar y disparar
En términos de experiencia de uso, las principales categorías son:
- Cámaras réflex analógicas (SLR): ofrecen control total de apertura, velocidad y foco. Son ideales para quienes quieren aprender fotografía de forma seria, entender la exposición y experimentar con distintos objetivos.
- Cámaras compactas “point and shoot”: diseñadas para apuntar y disparar. Muchas tienen enfoque automático y modos más sencillos. Son muy valoradas hoy por su portabilidad y por la espontaneidad que permiten.
- Cámaras desechables: vienen con un carrete preinstalado y se revelan completas. Se usan en eventos o como experiencia lúdica.
Para un creador de contenido que recién se inicia, las compactas de carrete pueden ser una buena puerta de entrada. Para quien quiere profundizar en técnica, una réflex de 35 mm permite entender la fotografía con una base muy sólida.
Medio formato y otros formatos usados en fotografía profesional
Más allá del 35 mm, existen formatos más grandes que se han usado tradicionalmente en fotografía profesional:
- Medio formato (120 / 220): utiliza película más ancha, lo que entrega negativos de mayor tamaño y, en consecuencia, un nivel de detalle y una calidad tonal superiores. Se usa mucho en retrato, moda y fotografía de autor.
- Gran formato: cámaras que usan hojas de película de gran tamaño. Permiten un control extremo sobre la perspectiva y el detalle, pero requieren equipo voluminoso y un flujo de trabajo lento.
Si estás construyendo un portafolio artístico o de autor, estos formatos ofrecen una estética particular y un nivel de calidad muy alto, pero también demandan mayor conocimiento técnico y una logística más compleja.

Ventajas creativas de la cámara análoga para creadores de contenido
Una de las grandes diferencias entre fotografía analógica y digital es la relación con el tiempo y la cantidad de disparos. En analógico, cada fotograma cuenta. Un carrete de 36 exposiciones se agota rápido si disparas sin pensar. Esta limitación te obliga a:
- Observar mejor la escena antes de disparar.
- Planificar el encuadre y el momento preciso.
- Ser más selectivo con lo que decides fotografiar.
Para creadores de contenido en Chile que están acostumbrados a sacar cientos de fotos para luego seleccionar, la cámara análoga se convierte en una especie de entrenador de mirada. Desarrollas un criterio más afinado, que después se refleja en todo tu trabajo visual, incluso cuando vuelves a la cámara digital o al smartphone.
Colores profundos, textura de grano y sensación nostálgica
Otra de las razones por las que la fotografía analógica ha vuelto con tanta fuerza es la estética. Cada tipo de película tiene una respuesta distinta al color, al contraste y al grano. Al ver las copias impresas, es frecuente notar:
- Colores profundos y transiciones tonales suaves.
- Grano visible que aporta textura y carácter.
- Un cierto aspecto nostálgico, asociado tanto al medio físico como al proceso.
Cuando por fin obtuve mis primeras copias en papel, sentí que el grano y los tonos aportaban una atmósfera que mis imágenes digitales no tenían. No se trata de que sea “mejor” o “peor”, sino de una sensación distinta que muchas personas asocian con recuerdos, álbumes familiares y fotografía de autor.
La cámara análoga como elección artística, no solo como tecnología antigua
Después de pasar por el proceso completo —desde cargar el carrete hasta recibir las copias— entendí que una cámara análoga no es solo tecnología antigua, sino una elección artística que exige intención y ofrece un resultado tangible y, en cierta forma, mágico.
Para creadores de contenido, esto se traduce en:
- Proyectos personales con una estética coherente (por ejemplo, una serie de retratos en blanco y negro).
- Portafolios que combinan lo digital con lo analógico, mostrando rango y criterio visual.
- Contenido para redes sociales donde las fotos de carrete destacan en medio del flujo digital estándar.
No se trata de reemplazar lo digital, sino de sumar una herramienta más a tu caja creativa.

Desventajas y retos reales de usar una cámara análoga hoy
La cámara análoga tiene varias ventajas creativas, pero también retos prácticos. Uno de los más evidentes es que cada disparo implica un costo: necesitas comprar película, pagar el revelado y, si quieres copias físicas o escaneos, contemplar ese servicio adicional.
A diferencia de la fotografía digital, donde puedes disparar miles de fotos sin un costo extra directo por cada imagen, en analógico existe un límite claro. Esto impacta en:
- La planificación de cada sesión (cuántos carretes llevar, qué tipo de película usar).
- La frecuencia con la que haces fotos análogas para proyectos personales o profesionales.
Curva de aprendizaje
Otro reto importante es la curva de aprendizaje. Si vienes de lo digital, puede resultar frustrante que:
- Te salgan fotos subexpuestas (muy oscuras) o sobreexpuestas (muy claras).
- El enfoque no sea preciso, especialmente con aperturas grandes (f/1.8, f/2).
- No puedas revisar al instante lo que hiciste para corregir de inmediato.
Sin embargo, estos errores también son una excelente oportunidad para aprender. Analizar los fallos después del revelado, entender qué decisiones tomaste y cómo podrías mejorar, fortalece tu criterio técnico y artístico.
Ritmo más lento
La fotografía analógica suele tener un ritmo más lento. No es la herramienta ideal para todas las situaciones:
- En eventos donde necesitas cobertura rápida y masiva, la cámara digital ofrece más flexibilidad.
- En trabajos donde el cliente espera ver el resultado de inmediato, lo analógico puede complicar la logística.
Sin embargo, ese mismo ritmo pausado puede convertirse en una ventaja cuando se trata de:
- Proyectos personales donde quieres explorar con calma.
- Retratos donde el tiempo y la conversación con la persona son parte del proceso creativo.
- Series fotográficas en las que el concepto de espera y de proceso es intencional.
Cómo empezar con tu primera cámara análoga
En Chile es frecuente encontrar cámaras análogas en casas de familiares, ferias, mercados de segunda mano o tiendas especializadas. Antes de empezar a usar una cámara de carrete que llega a tus manos, conviene revisar:
- Estado del obturador: que dispare en todas las velocidades y no se quede pegado.
- Avance de película: que la palanca o el motor arrastren correctamente el carrete.
- Sellos de luz: que las gomas o espumas de la tapa trasera no estén totalmente degradadas, para evitar filtraciones de luz.
- Lente: que no tenga hongos ni condensación interna importante.
- Baterías: en caso de cámaras con fotómetro o funciones electrónicas, comprobar que la electrónica esté operativa.
Si no tienes experiencia, siempre es recomendable pedir una revisión básica a alguien con conocimientos de fotografía analógica o a un servicio técnico especializado.
Elegir carretes
El tipo de película que uses tendrá un impacto directo en tus resultados. Algunos criterios básicos:
- ISO bajo (por ejemplo, 100 o 200): ideal para exteriores con buena luz. Menos grano y más detalle.
- ISO medio (por ejemplo, 400): versátil, útil para condiciones variadas de luz, interiores bien iluminados y días nublados.
- Película en color: para proyectos donde el tono y la paleta cromática son protagonistas.
- Película en blanco y negro: enfocada en contraste, textura y forma. Muy utilizada en fotografía de autor y retrato expresivo.
Elegir el carrete es parte del diseño de tu proyecto. A diferencia de lo digital, donde puedes cambiar ISO entre fotos, en analógico el ISO del carrete se mantiene para todo el rollo, lo que te invita a pensar en series y no solo en imágenes aisladas.

Primeros pasos recomendados ejercicios para aprender a mirar y medir la luz
Para empezar con tu primera cámara análoga, puedes plantearte algunos ejercicios prácticos:
- Disparar un carrete completo en un solo barrio o sector de tu ciudad, observando cómo cambia la luz a lo largo del día.
- Hacer una serie de retratos de amigos o familiares usando siempre la misma apertura, para entender cómo afecta la profundidad de campo.
- Tomar nota de los ajustes usados (apertura, velocidad) en una libreta, para compararlos con el resultado cuando veas las copias.
Estos ejercicios te ayudarán a entender la relación entre luz, exposición y resultado final, y a construir una base sólida que luego podrás aplicar en cualquier equipo.
¿Tiene sentido usar una cámara análoga si ya tienes equipo digital?
Para muchos creadores de contenido, la pregunta no es “¿analógico o digital?”, sino cómo integrar ambos. En la práctica, puedes:
- Usar la cámara digital para trabajos donde necesitas entrega rápida y volumen de imágenes.
- Usar la cámara análoga para proyectos personales, series conceptuales o partes específicas de una producción (por ejemplo, solo retratos clave en carrete).
Esta combinación te permite aprovechar la eficiencia de lo digital y la estética de lo analógico dentro de un mismo universo creativo.
Integrar fotos analógicas en tu portafolio profesional y redes sociales
Aunque la cámara sea de película, el resultado puede llegar fácilmente al entorno digital. Una vez revelados los carretes, puedes:
- Escanear los negativos o las copias.
- Editar ajustes mínimos de contraste y color, manteniendo el carácter original.
- Publicar en redes sociales, sitios web o portafolios online.
Para un creador de contenido, incorporar imágenes analógicas a su portafolio aporta variedad y puede convertirse en un sello visual distintivo, especialmente en proyectos de branding personal, fotografía de autor y propuestas creativas para marcas.
Casos en los que la estética analógica marca la diferencia
Hay situaciones donde la estética analógica puede potenciar un proyecto:
- Retratos íntimos y emocionales: el grano y la textura del carrete aportan una sensación de cercanía.
- Fotografía de calle: el carácter de ciertas películas complementa muy bien escenas urbanas.
- Series conceptuales: proyectos donde el tiempo, la memoria o la nostalgia son parte del discurso visual.
En todos esos casos, la elección de una cámara análoga no es una cuestión de nostalgia vacía, sino una herramienta estética al servicio del mensaje.

Tabla comparativa cámara análoga vs cámara digital
La siguiente tabla resume algunas diferencias clave entre cámaras análogas y digitales desde la perspectiva de uso creativo:
| Aspecto | Cámara análoga | Cámara digital |
|---|---|---|
| Soporte de registro | Película fotográfica (carrete de 35 mm, medio formato, etc.) | Sensor electrónico (CMOS, CCD) y archivos digitales |
| Cantidad de disparos | Limitada (por ejemplo, 24 o 36 fotos por carrete) | Alta, según la capacidad de la tarjeta de memoria |
| Visualización inmediata | No, hay que revelar la película | Sí, se puede revisar en pantalla al instante |
| Proceso | Físico-químico (revelado y copias en laboratorio) | Digital (flujo de trabajo con software de edición) |
| Curva de aprendizaje | Mayor énfasis en comprender exposición y enfoque sin revisión inmediata | Aprendizaje más flexible gracias a la posibilidad de corregir en el momento |
| Estética | Grano, textura y respuesta tonal de la película | Flexibilidad y variedad de estilos mediante edición digital |
| Ritmo de trabajo | Más lento y planificado | Más rápido y adaptable |
Preguntas frecuentes sobre qué es una cámara análoga
1. ¿Qué es exactamente una cámara análoga?
Es una cámara fotográfica que registra la imagen en película fotosensible, mediante un proceso físico-químico. La luz entra por el objetivo, pasa por el obturador y llega a la película, donde se forma una imagen latente que se hace visible luego del revelado en laboratorio.
2. ¿Por qué algunas personas prefieren la cámara análoga a la digital?
Porque valoran la experiencia de uso (ritmo más lento, número limitado de fotos), la estética propia de la película (grano, color, textura) y el hecho de obtener un resultado tangible, como negativos y copias en papel. Para muchos, es una elección artística y una forma distinta de relacionarse con la fotografía.
3. ¿Cuántas fotos puedo tomar con una cámara análoga de 35 mm?
Depende del carrete. Lo más habitual es encontrar rollos de 24 o 36 exposiciones. Cada exposición corresponde a una fotografía. Una vez que se acaban, debes cambiar el carrete.
4. ¿Es más difícil aprender con una cámara análoga que con una digital?
La cámara análoga suele exigir más atención a la exposición y al enfoque, porque no puedes ver el resultado de inmediato. Eso puede hacer el proceso más desafiante, pero también es una excelente forma de aprender a dominar los fundamentos y a desarrollar una mirada más consciente.
5. ¿Qué necesito para empezar a hacer fotografía analógica?
Como base, necesitas:
- Una cámara análoga en buen estado (revisada).
- Carretes acordes a tu proyecto (ISO, color o blanco y negro).
- Acceso a un laboratorio fotográfico para el revelado y, si quieres, copias en papel o escaneos.
- Disposición para experimentar, cometer errores y aprender del proceso.
6. ¿Las cámaras análogas se siguen usando en trabajos profesionales?
Sí. Hay fotógrafos y creadoras y creadores de contenido que integran la fotografía analógica en proyectos profesionales, especialmente en retratos, moda, fotografía de autor y campañas donde la estética del film es parte del concepto visual. A menudo se combina con flujo de trabajo digital mediante escaneos de negativos.
7. ¿La calidad de una cámara análoga es mejor que la de una cámara digital?
No se trata solo de “mejor” o “peor”, sino de diferente. La película, sobre todo en formatos mayores como el medio formato, puede ofrecer un rango tonal y una textura muy ricos. La fotografía digital, por su parte, ofrece gran resolución, control y versatilidad. Cada medio tiene sus fortalezas y se elige según las necesidades del proyecto y la intención estética.
8. ¿Qué pasa si se velan mis fotos o cometo errores de exposición?
Si hay filtraciones de luz, errores de manipulación o exposición muy incorrecta, algunas imágenes pueden perderse o quedar afectadas. Aunque es frustrante, analizar esos fallos es parte del aprendizaje. Con el tiempo, mejoras tu manejo de la cámara, tu técnica de medición de luz y tu cuidado en la manipulación de la película.
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